En los meses recientes, cuando se ha hablado acerca de la insuficiente capacitación pedagógica para poner en práctica en las aulas el plan de estudio 2022 para la educación básica, se ha repetido por muchos actores –principalmente maestros y funcionarios del gobierno federal– que los docentes de este nivel sabremos hacer frente a los nuevos retos, como siempre lo hemos hecho, pues somos profesionales. Por lo tanto, no habrá nada de qué preocuparse.
Suena muy bien: un ejército de enseñantes con la mayor preparación que conformamos un sistema educativo robusto. Siempre hemos hecho frente a los nuevos retos, es cierto, porque los tenemos ante nosotros y ante nosotros tenemos, también, a decenas de niños y adolescentes a quienes debemos atender en su camino hacia la superación. No podemos echarnos para atrás.
Sin embargo, una y otra vez los bajísimos aprendizajes de esos niños y adolescentes nos golpean en la cara y nos muestran como al rey desnudo de Andersen. Esto ha ocurrido de nuevo ahora que la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación ha publicado los resultados de la evaluación diagnóstica que se realizó entre septiembre y noviembre de 2022 a los alumnos de segundo de primaria a tercero de secundaria de todo el país (Mejoredu, 2023), en la que solo se aprobó en el examen de lectura del primero de los grados mencionados. Y paremos de contar.
Según explica el organismo público en su informe, con el propósito de obtener las cifras nacionales se determinó una muestra representativa que incluyó escuelas primarias generales públicas, indígenas y privadas, así como secundarias generales, privadas, técnicas y de telesecundaria. Se revisaron las pruebas de casi un millón y medio de estudiantes, quienes respondieron en ellas preguntas correspondientes a las áreas de lectura, matemáticas y formación cívica y ética.
A fin de elaborar los instrumentos que se aplicarían, docentes y especialistas definieron, para cada una de las áreas de evaluación, las siguientes “unidades de análisis específicas” a partir de los planes de estudios vigentes entonces (los de 2011 y 2017):
LECTURA
• Localizar y extraer información.
• Integrar información y realizar inferencias.
• Analizar la estructura de los textos.
• Fluidez lectora (solo para segundo de primaria).
MATEMÁTICAS
• Número, álgebra y variación.
• Forma, espacio y medida.
• Análisis de datos.
FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA
• Identidad personal, ejercicio de la libertad y derechos humanos.
• Interculturalidad y convivencia pacífica, inclusiva y con igualdad.
• Ciudadanía democrática, comprometida con la justicia y el apego a la legalidad. (Mejoredu, 2023, pp. 20-21).
¿Por qué se eligieron esas áreas? La Comisión responde que las tres “se consideran básicas porque sirven como fundamento indispensable para abordar todas las demás áreas del currículo. El dominio de la comprensión lectora es esencial para interpretar cualquier texto; las matemáticas son un lenguaje que fortalece los procesos mentales del alumnado, así como la solución de problemas; sin ellas, es imposible comprender la ciencia y la tecnología. Por su parte, la formación cívica y ética es elemental para adquirir la capacidad de desenvolverse de manera constructiva y propositiva en la vida cotidiana, y alcanzar un adecuado desarrollo personal y social” (Mejoredu, 2023, p. 18).
No obstante, a pesar de su trascendencia, el panorama en ellas es desastroso.
De acuerdo con el informe, “los resultados de Lectura muestran una tendencia decreciente de tercero a quinto grado de primaria, con un ligero repunte a partir de sexto y hasta tercero de secundaria. En educación primaria, los estudiantes de segundo grado obtuvieron el porcentaje de aciertos más alto, con 62%. En contraste, de tercero de primaria en adelante tal porcentaje no supera 50%” (Mejoredu, 2023, p. 34). Es decir, solo en segundo de primaria se obtuvieron resultados aprobatorios.
Si bien en Matemáticas la tendencia de los resultados es muy similar a la que se observa en Lectura, ninguno de los grados escolares obtuvo un nivel aprobatorio: “El mayor porcentaje de aciertos se presentó en segundo de primaria, con 57%, y el menor ocurrió en quinto grado, con 33%. En secundaria, el menor se dio en segundo y tercer grados, con 36%” (Mejoredu, 2023, p. 50).
Y en Formación Cívica y Ética, desafortunadamente, tampoco se puede cantar victoria: “El mayor porcentaje de aciertos de todos los grados escolares se presentó en segundo de primaria, con 58%, lo cual también coincide con los resultados de Lectura y Matemáticas. El menor se obtuvo en cuarto grado, con 45% (en las demás áreas, cuarto y quinto son los grados donde se presentaron resultados más bajos)” (Mejoredu, 2023, p. 64). Todo mundo reprobado, pues.
No estamos en condiciones, me parece, de continuar con el discurso de que el profesorado nacional está preparado para cualquier reto que le pongan enfrente. En boca de los docentes estas expresiones pueden expresar la pretensión de inyectarnos ánimos mutuamente para sortear los obstáculos que tenemos ante nosotros con la Nueva Escuela Mexicana, de la que aún ignoramos tanto. En boca de los funcionarios quizá se busca desestimar los efectos negativos del insuficiente proceso de formación que se puso en marcha el ciclo escolar pasado a través de los Consejos Técnicos Escolares. En cualquier caso no me parece un discurso pertinente.
Pero tampoco el magisterio es el responsable último de tan lamentable situación. En realidad, esta es de origen sistémico, tal como lo expone el maestro Juan Carlos Miranda Arroyo en su reciente artículo publicado en el portal SDP Noticias. En su texto, el investigador y profesor de la UPN de Querétaro sostiene que “el problema de la educación es de ‘sistema’”, aunque “hay responsabilidades específicas que recaen en las y los trabajadores de la educación, es decir, en los profesionales de la enseñanza y del desarrollo de los aprendizajes escolares o de la gestión educativa. Además de las responsabilidades que descansan en el ámbito familiar y en las y los estudiantes” (Miranda, 2023).
¿Qué se puede hacer, entonces? Creo que los principales interesados en encontrar soluciones debemos ser los profesores, pues somos quienes nos dedicamos profesionalmente a la educación y en gran parte tenemos la responsabilidad de la formación de decenas de aprendices. No podemos quedarnos de brazos cruzados a la expectativa de que los funcionarios cumplan con su deber y nos ofrezcan la capacitación que requerimos. Debemos buscar, por nuestros medios, los recursos necesarios para avanzar y llevar adelante a nuestros niños.
Entre esos recursos contamos con las ediciones que la Mejoredu puso a nuestra disposición en su sitio web hace un año (https://www.mejoredu.gob.mx/publicaciones/libro). Me refiero a libros con orientaciones didácticas para cada grado escolar (a partir de segundo de primaria) correspondientes a las áreas que conformaron la evaluación diagnóstica, los cuales se pueden descargar gratuitamente. Cada uno de ellos contiene estrategias específicas para las unidades de análisis específicas incluidas en los exámenes aplicados al inicio del ciclo lectivo anterior.
¿Qué tanto hemos utilizado los docentes estos u otros materiales para incrementar los aprendizajes en las escuelas? ¿Cuáles estrategias hemos puesto en práctica en las aulas? Lo sabremos una vez que se hagan públicos los resultados de la nueva evaluación que en estas semanas se lleva a cabo a nivel nacional.
El reto es complejo. La responsabilidad que tenemos con la sociedad es muy grande. Todos debemos cumplir con lo que nos corresponde.
Referencias
Mejoredu (2023). Evaluación diagnóstica del aprendizaje de las y los alumnos de educación básica 2022-2023. Informe de resultados. Disponible en https://www.mejoredu.gob.mx/publicaciones/informe-de-resultados/evaluacion-diagnostica-de-las-y-los-alumnos-de-educacion-basica-2022-2023
Miranda, J. (2023, 14 de septiembre). SEP: no son los docentes ni los directivos, es el “sistema”. sdpnoticias. https://www.sdpnoticias.com/opinion/sep-no-son-los-docentes-ni-los-directivos-es-el-sistema/
* Profesor especializado en Literatura y Lingüística por la UABC. Maestro bibliotecario y divulgador de la historia local. Sitio web: http://tallereando.net.