La conexión Puruándiro-Mexicali y la lucha por la tierra

Por Iván Martínez Zazueta*

Mis abuelos paternos provienen de San José Huipana, un pueblo que hasta 1974 era parte del municipio de Puruándiro, Michoacán. Llegaron al Valle de Mexicali en los años 1940, al igual que miles de familias, en busca de tierras para trabajar, atraídas por el reparto agrario que comenzó en 1937.

Puruándiro también se llama la ciudad principal del municipio, el cual se ubica al norte de Michoacán, en la frontera con Guanajuato. Forma parte de la región del Bajío y su nombre proviene del purépecha Purhuandirhu que significa “lugar del agua donde reposa el fuego” o “lugar de aguas termales”. Se localiza en una zona importante en términos agrícolas desde tiempos prehispánicos y coloniales.

El que mis abuelos provengan de dicha región no es una casualidad, pues Puruándiro tiene una estrecha conexión con el Valle de Mexicali, la cual se vincula a la lucha por la tierra. 

De hecho, una parte importante de la historia de Puruándiro se puede contar a partir del conflicto entre los acaparadores de tierras y los desposeídos de las mismas, en este caso, entre hacendados contra peones o jornaleros. Es por ello que sus pobladores -el pueblo raso- se han sumado históricamente a las grandes causas revolucionarias que han tenido como uno de sus trasfondos la desigualdad en el acceso a esas riquezas.

Existe la creencia, por ejemplo, de que el cura Miguel Hidalgo I. Costilla fue acogido por el pueblo puruandirense, pernoctando allí una noche durante la revolución de Independencia. Y podría ser cierto, ya que en 1813 el poblado estuvo controlado por las tropas insurgentes al mando de su sucesor, el general Ignacio López Rayón. Asimismo, en 1855 su plaza fue tomada por las tropas liberales de Santos Degollado, tras vencer en ese sitio a los santanistas; y durante la Intervención francesa, mientras los hacendados apoyaron al Imperio de Maximiliano, el pueblo se mantuvo en una posición liberal. 

De igual manera, durante la Revolución mexicana el pueblo fue escenario de importantes batallas entre hordas de desposeídos y las fuerzas militares, que tuvo su punto cumbre en lo que se conoce como “la toma de Puruándiro” en 1912. Una vez aprobada la Constitución de 1917, siguió otra etapa de conflicto por la tierra. Esta vez, los campesinos optaron por la vía institucional, al solicitar dotaciones de tierras, las cuales fueron frustradas por la burguesía latifundista y sus aliados, a lo que respondieron con ocupaciones. No fue hasta la elección del General Francisco J. Múgica como gobernador de Michoacán, apoyado por una alianza obrera-campesina y por organizaciones de izquierda como el Partido Socialista Michoacano, que el reparto agrario comenzó a tener efectos, más no estuvo exento de conflictos. 

El gobernador Múgica -quien participó como constituyente en 1917 y formó parte de los diputados radicales que impulsaron los artículos 3, 27, 123 y 130- fomentó la expropiación de latifundios y su reparto, así como la organización del campesinado a través de ligas campesinas, a quienes les otorgó armas para luchar y defenderse de las guardias blancas. Durante su gestión se distribuyeron alrededor de 23 mil hectáreas. El 3 de noviembre de 1921 ordenó la afectación de 12 mil hectáreas de la hacienda de San Antonio Arce en favor de los campesinos pobres, en lo que fue una de sus principales acciones de socialización de la tierra. El Presidente de la República Álvaro Obregón redujo a un tercio el área afectada, pero los agraristas iniciaron una lucha para hacer valer el decreto del gobernador. 

Los terratenientes, inversionistas extranjeros, el clero, militares reaccionarios y otros sectores de la sociedad que se oponían a la restitución de tierras obligaron a Obregón a presionar a Múgica para que dimitiera como gobernador, lo cual finalmente ocurrió el 9 de marzo de 1922. Sin embargo, el “agrarismo rojo” siguió brotando en tierras michoacanas. 

A finales de 1922 se fundó la Liga de Comunidades y Sindicatos Agraristas de Michoacán, cuyo principal dirigente fue Primo Tapia, también fundador de la Local Comunista de Morelia. Esta liga tuvo influencia en Zacapu, Pátzcuaro, Morelia, Zamora y Puruándiro y logró importantes triunfos a través de la invasión de tierras, la unidad del sector campesino y la existencia de “cuerpos armados” en el campo. Luego del asesinato de Tapia en 1926, ejecutado por militares, y del encarcelamiento de otros dirigentes agraristas, la liga fue declarada ilegal y se fue debilitando.

Uno de los participantes en este movimiento -y una de las conexiones más directas con Mexicali- fue Hipólito Rentería, quien nació en Puruándiro en 1900 y trabajó como jornalero en las haciendas de la región. Justo en 1926 organizó a un grupo agrarista para tomar la hacienda de El Pilar, a lo que los terratenientes, en alianza con el poder local, respondieron reprimiéndolos y persiguiéndolos. Rentería y sus compañeros tuvieron que huir del estado, viajando en ferrocarril hasta la frontera norte. Cruzaron a Estados Unidos y trabajaron en el campo, en las corridas de pizca. 

En 1927, Rentería, junto con sus primos, los hermanos Guillén, cruzaron la frontera hacia el Valle de Mexicali, encontrándose con una situación de conflicto agrario similar a la de su natal Puruándiro, pues una compañía extranjera, la Colorado River Land Company (CRLC), tenía acaparadas todas las tierras cultivables y negaba el acceso a las mismas a los campesinos solicitantes, protegiéndolas con guardias blancas y con el apoyo del poder local. Tiempo después se establecieron en la colonia Pacífico en el valle mexicalense, donde Rentería y sus parientes compraron algunos predios, gracias a un contrato del gobierno federal con la CRLC, y así se fueron involucrando en la lucha agrarista local.

A principios de 1930, un grupo de campesinos integrantes del comité Álamo Mocho comenzó a organizarse en el Valle de Mexicali para tomar tierras y tramitar solicitudes de dotación, a lo que el gobierno del territorio respondió encarcelándoles y trasladándoles al penal federal de las Islas Marías. Ahí se encontraron justamente con el general Francisco J. Múgica, personaje central en esta historia, quien había sido nombrado director del penal en 1928, en su primer cargo público tras su dimisión como gobernador. Múgica se enteró de los motivos del encarcelamiento y tiempo después les liberó, regresando la mayoría a Mexicali para continuar con la lucha por la tierra.

La organización campesina en Mexicali continuó creciendo, principalmente con la formación de sindicatos campesinos. Los anhelos agraristas de restitución de tierras tuvieron su auge con la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia en 1934, pues el general michoacano había manifestado su intención por solucionar el problema agrario en el país. Durante el sexenio 1934-1940 el campo fue escenario de cientos de luchas campesinas por la tierra apoyadas desde el poder por Cárdenas (y el propio Múgica), quien dio un impulso extraordinario al reparto agrario.

En 1936, Múgica, ya como secretario de estado de Cárdenas, llegó al valle de Mexicali con una comisión intersectorial para dialogar con los campesinos. Les aconsejó dejar formar sindicatos y, en lugar, agruparse en comunidades agrarias y les reiteró el apoyo del Presidente. A partir de ahí los campesinos recorrieron el valle de Mexicali, llegando a formar varias comunidades agrarias (Guadalupe Victoria, Francisco Javier Mina, Michoacán de Ocampo, Miguel Hidalgo y Lázaro Cárdenas), las cuales dieron vida a la Federación de Comunidades Agrarias del Territorio Norte de Baja California, eligiendo a Hipólito Rentería como dirigente. 

El 25 de enero de 1937, representantes de dichas comunidades se reunieron en la escuela de la colonia Pacífico, a la que nombraron Emiliano Zapata como símbolo de la lucha por la tierra, para acordar y planear la toma de predios de la CRLC. Esta acción se dio dos días después, el 27 de enero, en lo que se conoce como el “Asalto a las Tierras”. Los campesinos tomaron las tierras, plantando banderas rojas con el nombre de sus comunidades y la frase “Tierra y Libertad”, a lo que el gobierno del territorio respondió encarcelándolos. Una comisión de ellos viajó a la Ciudad de México para exponer al general Lázaro Cárdenas los motivos del movimiento. Esta acción dio pie a que el Presidente decretara la expropiación del latifundio de La Colorado y el reparto de sus tierras, lo que dio nacimiento a los ejidos del Valle de Mexicali y a la “mexicanización” del mismo. 

Cabe señalar que en este reparto se constituyeron “ejidos colectivos”, que es una forma de tenencia de la tierra en la que no hay parcelamiento individual, sino que la explotación de la tierra se realiza en forma cooperativa y la operación del crédito y el uso de la maquinaria y equipo agrícola también es colectiva. Y menciono esto ya que uno de los postulados del “agrarismo rojo” encabezado por Primo Tapia (quien fue comunista al igual que Hipólito Rentería) era la socialización de la tierra a través de ejidos colectivos, pues sostenían que “la parcela (individual) engendraba la contrarrevolución”. 

Los ejidos colectivos duraron pocos años en Mexicali, pues muchos campesinos no se pudieron adaptar a esa forma de organización de la riqueza y del trabajo, menos aún en el contexto del auge capitalista del cultivo de algodón propiciado por la II Guerra Mundial y de la influencia de la cercanía con Estados Unidos. En 1939 Cárdenas visitó el Valle de Mexicali y un grupo de campesinos protestó solicitando el parcelamiento individual, a lo que el Presidente respondió explicando los beneficios del ejido colectivo y reiterando que ese sistema continuaría. No fue hasta el sexenio siguiente, el de Manuel Ávila Camacho y su política de contrarreforma agraria, que las tierras se fraccionaron y se entregaron títulos individuales. 

En este contexto fue que miles campesinos llegaron al valle de Mexicali atraídos por el reparto de tierras. Muchos de ellos y ellas, al igual que mis abuelos, provenían de Puruándiro y sus alrededores y seguramente tuvieron una conexión con los personajes y hechos aquí narrados.

Parte de esta historia se puede conocer en el Museo Comunitario “Asalto a las Tierras”, ubicado en el ejido fundado por Hipólito Rentería, los hermanos Guillén y otros campesinos provenientes de Puruándiro: el ejido Michoacán de Ocampo. Les invito a visitarlo y a reivindicar la historia que dio origen a Mexicali y a nuestra identidad cachanilla, especialmente este 27 de enero de 2024, cuando se cumplen 87 años de aquella gesta en que los campesinos no sólo asaltaron las tierras, sino que también dieron destellos de lo que puede ser tomar el cielo por asalto. 

Esta historia también nos demuestra que por las venas de Mexicali corre sangre michoacana, revolucionaria y socialista.

Fuentes: 

● Enrique Montalvo, José Rivera Castro y Óscar Betanzos Piñon (1988), Historia de la cuestión agraria mexicana. Vol. 4. Modernización, lucha agraria y poder político 1920-1934. México, D.F: Siglo XXI y Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, primera edición.

● Gerardo Peláez Ramos (2014), “El asesinato de Primo Tapia, un héroe comunista”, Rebelión, 26/04/2014. [https://rebelion.org/el-asesinato-de-primo-tapia-un-heroe-comunista/]

● José Daniel Robles Cira (2017), El gobierno maderista contra la revolución rampante. Michoacán 1910-1913. Tesis para obtener el grado de Licenciado en Historia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. [http://bibliotecavirtual.dgb.umich.mx:8083/xmlui/bitstream/handle/DGB_UMICH/14077/FH-L-2017-1320.pdf?sequence=1&isAllowed=y

● José Napoleón Guzmán Avila (1986), “Agrarismo y contrarrevolución en Michoacán”, en Tzintzun: Revista de Estudios Históricos, Año. 1986 Núm. 7, pp. 42-57. [https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5621486]

● Yolanda Sánchez Ogaz (2021), Personajes de Baja California. Personaje: Hipólito Rentería. Conferencia transmitida en vivo en la página de Facebook de la Secretaría de Cultura de Baja California el 27 de octubre de 2021. [https://www.facebook.com/watch/?v=557153742250991]

*Investigador de temas como agua, energía, territorio, conflictos socioambientales y movimientos sociales en Baja California. Activista que participó en el movimiento en defensa del agua en Mexicali. Autor del blog Geografía septentrional.

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