Este año, se cumplen 70 de que se otorgó el voto a la mujer en México. Desde principios del siglo XX las mujeres lucharon por su reivindicación política. El presidente Cárdenas en su informe de gobierno de 1937 propuso el voto para la mujer, reiteró la petición los dos años siguientes. Los diputados lo aceptaron, pero las legislaturas de los estados no lo hicieron, por temor de que el voto femenino fuera para la ultraderecha.
Debo también hablar ante vuestra honorable representación sobre la necesidad que existe de que se reforme el Código del país en la forma más adecuada, para que la mujer , mitad integral de la sociedad mexicana y de la ciudadanía, sea rehabilitada como es debido y conviene a la dignidad de un pueblo que ha enarbolado la bandera de reivindicaciones en que están inscritos todos los derechos y que, sin embargo, deja y permite que las leyes coloquen a la mujer en un plano de inferioridad, al rehusarle el más trascendental de los derechos cívicos: el del voto.
En 1947 se promulgó el voto femenino a nivel nacional, sólo para elecciones municipales. El 30 de abril de 1948, el representante mexicano firmó en Bogotá la Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Civiles a la Mujer. Cinco años después, el 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines, decretó el derecho de las mujeres mayores de 21 años, para elegir y ser elegidas para todos los cargos políticos.
El 31 de diciembre de 1951 el presidente Miguel Alemán, envió al Congreso de la Unión el decreto que creaba el estado de Baja California, el cual se publicó el 16 de enero de 1952 en el Diario Oficial de la Federación. Era gobernador del entonces Territorio de Baja California el licenciado Alfonso García González, quien fue designado gobernador provisional del nuevo estado, en tanto se elegía al gobernador constitucional de Baja California.
A García González correspondió lanzar la convocatoria para elegir a los 7 diputados constituyentes que redactaron la Constitución del estado. En Baja California, la Constitución fue publicada el 16 de agosto de 1953 y establecía las bases para elegir los poderes del estado. Algo muy importante que se plasmó en ella, antes que, a nivel nacional, fue el derecho de la mujer a votar. En la exposición de motivos de la Constitución, respecto al voto femenino expresa:
Una de las más importantes novedades que contiene la carta magna del estado es la relativa a los derechos políticos de la mujer. Ojalá que este nuevo campo que se abre al sector femenino no quebrante la paz de los hogares y que el concurso de la mujer en cuestiones políticas ayude a depurar las faltas hasta hoy conocidas y a realizar una mejor selección de los funcionarios por medio del voto popular.
Estos derechos quedaron inscritos en el artículo 98 Constitucional:
“En el estado, las mujeres tienen los mismos derechos civiles y políticos que los hombres, podrán ser electas y tendrán derecho al voto en cualquier elección, siempre que reúnan los requisitos que señale la ley”
Como resultado de este derecho constitucional, 55 852 mujeres y 58 570 hombres se empadronaron para votar el 25 de octubre de 1953. Por primera vez las mujeres tuvieron el derecho a elegir a un gobernante en nuestro país. Sin embargo, algunos hombres miraban serios problemas sociales en ejercer este derecho. En el “Digesto constitucional mexicano, la Constitución de Baja California”, se relata la opinión de un periodista, quien en el Heraldo de Tijuana escribió el 19 de agosto de 1953:
Para la mujer, especialmente la que es madre, va a significar un trastorno considerable el votar. Tendrá el problema de tener que desatender sus quehaceres domésticos y el todavía más agudo de tener que dejar sin cuidado alguno a sus hijos de corta edad. No podrá disponer de otra persona que se encargue de ellos, mientras acude a la casilla que le corresponde, porque la amiga o servidora a quien podría confiárselos provisionalmente tendrá que acudir también a votar. Por su cercanía a la mujer, se puede pensar proclive a votar por los partidos católicos, pero la mujer conciente debe tomar en cuenta que fue el PRI el que le dio el voto.
El candidato del PRI, Braulio Maldonado Sández fue electo gobernador constitucional de Baja California. Pese al derecho al voto de mujeres, menos de la mitad participó. 29 383 eligieron gobernador en esa elección, la primera en todo el país donde ellas podían votar para elegir gobernador de un estado.
Destacó en la campaña para gobernador la joven abogada Aurora Jiménez de Palacios que poco antes había llegado a Baja California acompañando a su esposo, el licenciado José Cruz Palacios Sánchez. Al iniciar el primer gobierno constitucional, el 1 de diciembre de 1953, la licenciada Jiménez ocupó puestos muy cercanos al gobernador y a su esposa Carlota Sosa de Maldonado.
Baja California contaba con un diputado, pero el artículo 52 constitucional establecía que por cada 170 000 habitantes debía haber un diputado o por una fracción que pasara de 80 000, como era el caso del nuevo estado. En base a esos derechos, en diciembre de 1953, se solicitó a la Cámara de Diputados convocara a elecciones para elegir un segundo diputado por Baja California.
Era derecho de Baja California contar con dos diputados de acuerdo con su nueva categoría de estado y al número de habitantes, y se lanzó la convocatoria para nuevas elecciones. El 26 de diciembre se aprobó la iniciativa presidencial para convocar a elecciones extraordinarias en Baja California, las que se celebraron el primer domingo de julio de 1954. Quienes resultaran electos terminarían su periodo en agosto de 1955.
Fue designada como candidata a diputada propietaria la licenciada Aurora Jiménez de Palacios y como suplente a Onésimo López. El 4 de julio se realizaron las elecciones y la planilla del PRI obtuvo 34 685 votos.
¿Quién era Aurora Jiménez de Palacios? Sus propias palabras expresadas al Noticiero Gráfico en 1954 dan una breve reseña de su corta vida.
Nací hace 28 años… en Tecuala del estado de Nayarit; hace siete que resido en Mexicali, en mi profesión de Derecho, juntamente con mi esposo, José Cruz Palacios, también abogado. Estudié la preparatoria en Tepic y me gradué en la Universidad de Guadalajara.
Desde aquellos días comprendí que la misión que me correspondía cumplir era una misión asistencial: mi tesis fue un estudio sobre “El régimen de seguridad social en México”.
Desde entonces, el tema nunca se ha apartado de mis preocupaciones… Si, ya en mis años de estudiante defendí los derechos de la mujer en todas las esferas, particularmente las políticas que están íntimamente ligadas a las sociales. En esta relación creo que radica el punto del acierto: lo político no es nada sin lo social y tal vez en ese sentido es donde las mujeres tengamos que luchar más, obtener los mejores éxitos y lograr los mayores beneficios para nuestra patria…
La diputada Jiménez inició su actividad parlamentaria en medio de un mundo de hombres, pues era la primera y única diputada en la Cámara. El 7 de septiembre de 1954, Aurora Jiménez de Palacios subió por primera vez las escalinatas del antiguo Teatro Iturbide en el Distrito Federal, por la calle de Donceles, donde entonces estaba la Cámara de Diputados. Políticos, hombres del pueblo y sobre todo mujeres le dieron la bienvenida y grandes demostraciones de apoyo.
Ella ofreció trabajar por la mujer, defender la niñez desvalida y convertirse en paladín de las causas justas dentro y fuera de la Cámara para responder con una labor de actividad constante a quienes tuvieron fe en ella. Dijo que su responsabilidad era tan grande como su deseo de servir a México
Aurora Jiménez de Palacios fue también esposa y madre, forjadora de una familia. Tuvo dos hijos; Cuauhtémoc y Martha. Su hija Martha Palacios Jiménez siguió sus pasos en la política y fue regidora del ayuntamiento de Mexicali (2007-2010).
Con Aurora Jiménez de Palacios se abrieron las puertas de la Cámara a las mujeres mexicanas para incorporarse a la vida política y legislativa del país. Su voz de mujer, de luchadora social, se escuchó por primera vez en Donceles en septiembre de 1954. Con sus dotes de oradora abogaba por los derechos de las mujeres y de los que menos tienen.
Su periodo en la Cámara de Diputados fue corto, del 4 de julio de 1954 que se convirtió en la primera diputada del país, al 31 de agosto del siguiente año. Con ella inicio del derecho de las mujeres a aspirar a actividades políticas. En las elecciones de 1955, cuatro mujeres fueron electas diputadas federales. Igual que su actividad política, la vida de la primera diputada federal en el país fue muy corta, con apenas 32 años, el 15 de abril de 1959 falleció en un accidente de aviación.