Bicicleteando: Escisiones

En el poder cae de rodillas quien no tiene piernas. Y luego, si me dan oportunidad, puedo, quizás, emitir un reclamo, o por lo menos un ay. En el palacio se decide quién, en el predio campesino, a lo mejor, puedan aprobarlo, todo depende de si la nueva empresa que llega va a ver cómo las verdolagas sean facturables y factibles. Ciertos y certeros licenciados en leyes pulcras, no dan aviso. La planta crece, el río discurre, las verdolagas no se dan, porque el río es caprichoso y, además, doña Tencha, campesina que no quiere beca, anda descalza viendo que no hay verdolagas. Ella, oronda y libre, se ríe. Ai vienen los expertos a decirnos cómo vivir. Lo que queremos, dice doña Tencha en un curul de madera vieja, es que nos den el predio, la calle, el callejón, el agua, la electricidad, el aire, y también nuestros tacos de guisado que tiene chicharrón prensado: ai vótele por su mejor quesadilla, aquí le cobramos. Así las cosas, la gente no cree en ninguno y ninguna de las disposiciones de candidatura. Ningunos de los desaparecidos han sido encontrados, aunque las estadísticas elegantes dignifiquen las nuevas maneras de decir y decidir quién es valioso o quién no. En la república, nuestra patria, amada por todos nosotros contra la extranjía, tenemos un corral de loquitos y locas queriendo el trono. Mientras abajo, con azadón y pala, se busca la raíz del desaparecido, el fantasma que viene y te jala la cobija de la madre que, en llanto, aunque con beca y pensión de miseria, grita en el zócalo. La tristeza no es una ruta de conforte de bienestar. La ausencia nada tiene que ver con vías de tren de modernidad. El coraje no está satisfecho con un aeropuerto primermundista. Está bien que haya eso, pues, pero dónde está el maíz de los jóvenes idos que no se saben dónde están. Ya sabemos que están en todos nuestros corazones, aquí laten sus almas cada mañana, porque nada podemos hacer, ni siquiera ver la flor, o la sentir la lluvia, sin pensar en ellos. Quien gobierna siempre debe mucho, no es pueblo real.