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Un dólar barato ya no emociona a los fronterizos

 

Por Roberto Valero*

Aunque las remesas medidas en dólares presentaron un crecimiento anual del 6.7 por ciento en Baja California, la apreciación del peso golpeó a los hogares de Baja California que reciben estos ingresos.

         De acuerdo con las cifras del Banco de México en el primer trimestre ingresaron al Estado 342.4 millones de dólares, que al convertirlos a pesos la cifra se ubicó en 6 mil 395 millones. Esto representó 183.3 millones de pesos menos con respecto al mismo periodo del año anterior.

         Tal como manejó el mismo Banco de México, la apreciación del peso no ha dejado solamente ganadores, también hay muchos perdedores como los exportadores y en el caso que tocamos, los hogares receptores de remesas.

         Si bien históricamente uno de los traumas económicos de los mexicanos está en el valor del peso frente al dólar lo cual inició en la negra historia devaluatoria populista de los setentas, la realidad es que en los tiempos actuales el impacto personal del tipo de cambio se ha modificado.

         En Baja California durante muchos años el dólar se manejó casi como moneda de curso: rentas, colegiaturas, compras de autos, ahorros y sobre todo las compras en Estados Unidos.

         El billete verde estaba atado a la vida cotidiana de los bajacalifornianos, quienes durante los noventas, con los salarios más altos del país se convirtieron en grandes clientes del comercio fronterizo de Estados Unidos.

         Sin embargo, a partir de la crisis del 2008 y particularmente a partir de 2018, el escenario cambio. El dólar se fortaleció mientras los salarios en pesos se debilitaron derivando en menos compras en el comercio estadounidense.

         Como señalamos antes en este espacio, los cruces fronterizos han disminuido, se acentuaron con las crisis y los fronterizos mexicanos dejaron atrás muchas de sus compras en la Unión Americana, mientras la migración laboral se reactivaba entre los residentes y otros de plano se fueron a vivir a Estados Unidos.

         Hoy, con varios millones menos de cruces con respecto a hace 23 años, quienes enfrentan principalmente la tortura de cruzar la frontera cotidianamente son quienes trabajan en el lado norteamericano y algunos turistas y viajeros por avión que aún sacan provecho de su ventaja cambiaria.

         Así, del lado de los perdedores con el tipo de cambio en Baja California están cerca de 100 mil ocupados legales que cruzan cotidianamente a trabajar en el lado estadounidense. Comparado con el primer trimestre del año pasado su sueldo se redujo 9 por ciento y lo mismo sucede con el 40% de los hogares que reciben remesas desde la Unión Americana.

         Sí, en la frontera ya no emociona un dólar a la baja donde el 60% de la población trabajadora  gana apenas 2 Salarios Mínimos; que compra lo que puede, cuando puede ir al lado americano y siempre y cuando les hayan renovado la visa. Esto dejó de ser un atractivo para la mayoría porque además la inflación también se presentó de aquel lado.

         Incluso quienes ofertan servicios a los estadounidenses como médicos, restaurantes, hoteles, el flujo además de que les bajó por la inseguridad, también por un menor valor del billete verde, igual que afecta a las exportaciones.

         Claro, como en todo, hay quienes se benefician, como los importadores que compran más barato y mantienen los precios de antes de la apreciación del peso y claro, quienes tienen la opción de hacer compras electrónicas porque el ingreso se los permite, son los menos, por cierto.

         El dólar continuará barato el resto del año, estimando que se ubique alrededor de los 19 pesos hacia fin de año, a medida que las tasas de interés de los bancos centrales y la inflación lo permitan.

         Mientras tanto, en el saldo de pérdidas y ganancias, hoy los fronterizos no tenemos nada que celebrar con un dólar barato.

* Presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California