Por Ahora: Marcelo, el juego del poder

Y como no podía saberse, Marcelo Ebrard Casaubon se encuentra de nuevo viviendo las consecuencias de bienes mayores y Claudia Sheinbaum siendo ya la candidata.

¿Cuáles las consecuencias, a mediano plazo, de la ruptura entre Marcelo y el inquilino de Palacio? solo ellos lo saben. ¿Quién ha ganado y quién ha perdido más? también solo ellos lo saben. Las negociaciones a nivel político son variopintas: van desde dinero, espacios de poder en puestos claves de la administración pública, proyectos de infraestructura y proveeduría con ganancias para “ellos cuantos”, y tiempo, sí leyó usted bien, en política hasta el tiempo se negocia sin importar que sea un elemento que no se puede controlar.

Hoy Marcelo está viviendo la negociación del tiempo y ha salido perdiendo. En el camino, su amigo López Obrador encontró otras amistades que le aseguran -a su real entender- la continuidad en el poder; ese poder que todos los presidentes que han pasado sus 6 años ejerciéndolo y disfrutándolo, se niegan a dejar.

Este lunes, cuando seguramente esta columna sea historia fallida, nuestro buen Marcelo tomará una decisión: dejar Morena; aliarse al Frente Amplio por México; irse con Movimiento Ciudadano; quedarse en Moreno o dejar el País por segunda vez.

Ninguna de esas cinco, o tal vez otra más que no alcanzo a vislumbrar, es el escenario que él tenía en mente y tampoco ninguna está a la altura de un hombre que se ha vendido y proyectado como una opción inteligente para retomar el rumbo de progreso que a este país le urge regresar.

Nuestro inocente Marcelo estaba seguro de que sería el candidato de Morena a la Presidencia, y como en tiempos del PRI, el presidente de México para el periodo 2024-2030.

Ni a Xóchitl ni al Frente les conviene tener a un Marcelo que solo hará sombra; irse a Movimiento Ciudadano solo implica hacerle el trabajo sucio a Morena y Claudia Sheibaum al dividir a la oposición y restarle votos al Frente; quedarse en Morena es auto pisotear su dignidad, que al parece es lo único que ahora puede decir que tiene.
Los políticos no toman decisiones por el bien del país, dejemos esa cantaleta para los vírgenes ciudadanos, los políticos deciden en base al menor daño o el mayor beneficio y suelen dejar la venganza para mejores momentos.

¿Cómo quiere pasar Marcelo a la historia?, como un traidor, como un traicionado, como un vengativo, como un títere, como un estadista. Ebrard sí tiene opciones, las que no tenemos los ciudadanos comunes que solo vemos pasar el poder de unas manos a otras. Por ahora, lo único cierto e inamovible, según una frase atribuible a Benjamín Franklin, son la muerte y los impuestos.