No queda duda acerca de que cuando López Obrador habla de tener servicios de salud al nivel de los países nórdicos, está completamente fuera de la realidad y nuevamente las estadísticas ponen en evidencia sus dichos.
El problema a nivel nacional es de grandes dimensiones pues la cifra de mexicanos sin acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 millones en el 2018, cuando inició el periodo de AMLO, a 50.4 millones el año pasado, es decir, hubo un aumento del 150 por ciento, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
En esta debacle, a Baja California no le fue mejor, pues en cuatro años cerca de medio millón de bajacalifornianos (454 mil 100) perdieron el acceso a un servicio de salud, debido principalmente a la desaparición del Seguro Popular y al crecimiento de la informalidad.
Coneval documenta que el año pasado había un millón 85 mil 800 bajacalifornianos con carencia por acceso a los servicios de salud, cuando en 2018, previo al inicio de la presente administración federal, eran 631 mil 700.
Lo anterior significa que la proporción de población sin acceso a este servicio pasó de 16.9 a 28.4 por ciento, con un crecimiento del 71.9 por ciento entre 2018 y 2022. A este escenario, se debe agregar que en Baja California prácticamente no ha habido políticas promotoras de mejoría en el ámbito de la salud, ni con Jaime Bonilla y menos con Marina del Pilar.
El pésimo manejo de la pandemia por COVID-19 dejó en Baja California al menos 12 mil 539 muertos, sin tomar en cuenta el subregistro que eleva la cifra por arriba de los 15 mil, mientras que el registro de contagios se elevó a 110 mil 169, según la última cifra publicada, siendo la mayor parte de estos datos en el corto periodo de gobierno de Marina del Pilar.
A esto se debe agregar que derivado del impacto de la pandemia, Baja California se estancó tres años en la esperanza de vida al nacer, esto de acuerdo con datos del INEGI. En 2020 cuando estalló la pandemia el indicador se estableció en 76 años, misma cifra que reportó el INEGI en su más reciente reporte para 2023.
Desde 1970 los bajacalifornianos habían ganado hasta el 2020 10.6 años en su expectativa de vida al nacer, pero entre el mal manejo de la pandemia y la ausencia de políticas públicas federales y estatales para mejorar los servicios y ampliar el acceso a la salud, no se imaginan los políticos que han puesto al Estado en una preocupante zona de riesgo, pues recordemos que la entidad se aproxima al fin del Bono Demográfico para entrar al periodo de envejecimiento, al que todo apunta para que los nuevos integrantes de la tercera edad lleguen con salarios de miseria en una etapa en la que los gastos en salud se multiplican.
Mientras tanto, Marina y su clan siguen perdiendo el tiempo promoviendo acciones intrascendentes, al tiempo que aceleran más el hundimiento de Baja California.
*Presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California