Por Roberto Valero*
Hace dos semanas Marina del Pilar movió un boletín de prensa en el que presumió que en Baja California se están generando empleos y lo rodeó de toda clase de floridos adjetivos.
Si bien es cierto que los empleos se han estado agregando, a Marina se le olvida que el pleno empleo no es necesariamente un sinónimo de prosperidad.
Las cifras de la Encuesta Nacional de Empleo del INEGI revelaron que la tasa de desempleo para Baja California en el primer trimestre de este año fue del 1.7 por ciento, que es una de las más bajas de los últimos trimestres.
Sin embargo, ya quedó establecido por los economistas que los bajos niveles de desempleo no significan necesariamente prosperidad para los trabajadores.
En este sentido, las cifras del INEGI revelaron un nuevo máximo histórico para la cifra de trabajadores que ganan hasta 1 Salario Mínimo (SM), ubicándose en 500 mil 974 ocupados.
El registro, repetimos, nunca visto en el Estado, nos habla del explosivo crecimiento del empleo chatarra y que refleja la clase de inversiones que se están teniendo.
Asimismo, la ENOE presentó un dato preocupante, pues los ocupados que reciben hasta 5 SM cayeron a un mínimo de 8 mil 800, esto es, excluyendo a quienes están ocupados legalmente en Estados Unidos.
El asunto es muy sencillo y no requiere de ninguna ciencia para entender que cuando el trabajador tiene bajos ingresos su gasto es de pésima calidad e inevitablemente lo dirige hacia el sector informal de la economía donde encontrará opciones de compra acordes con su bolsillo, por ello no extraña que este sector con 658 mil 631 ocupados, se mantenga también en niveles históricamente altos.
Al final de cuentas, una población con ingresos precarios en nada ayuda al crecimiento del Estado y sí suma a toda la problemática que ya conocemos, incluyendo la inseguridad y la emigración de profesionistas hacia El Bajío o a Estados Unidos.
Sí, porque además la ENOE nos indica que entre los desempleados el 48.8 por ciento son personas con estudios de nivel medio superior y superior, mientras que los desempleados con primaria incompleta representan apenas el 1.5 del total y quienes tienen primaria completa alcanzan el 10.8 por ciento.
Saque sus conclusiones. ¡Hasta la próxima!
*Presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California