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El general y la educación en Mexicali

 

El general y la educación en Mexicali

Por Yolanda Sánchez Ogás/Infosavia

En su autobiografía, el gobernador Abelardo L. Rodríguez comenta que no le gustó estudiar y sólo cursó hasta cuarto grado. Era demasiado inquieto para estar varias horas sentado en un pupitre. No terminó la primaria, pero de niño, en vacaciones de verano, su madre lo enviaba a Nogales, Estados Unidos, a estudiar inglés. 

En 1906 emigró a Estados Unidos, con el fin de trabajar y estudiar canto. Fracasó en esa actividad, porque tenía buena voz, pero carecía de oído musical. Su profesor se lo dijo y tuvo que renunciar a ese sueño. En ese país permaneció seis años, que aprovechó para afianzar su conocimiento del inglés.

En Nogales quiso ser ferrocarrilero. Trabajó como garrotero y por su conocimiento del inglés le comisionaron junto a un conductor extranjero que le estaba enseñando el funcionamiento de las máquinas. Quería ser maquinista y recibió lecciones sobre esa actividad, pero descubrió que no distinguía el rojo ni el verde, colores muy necesarios en los ferrocarriles. Por su daltonismo tuvo que abandonar esa actividad.

México, era entonces un país en guerra. Francisco I Madero había derrotado a Porfirio Díaz, pero poco después lo traicionaron con el Pacto de la Embajada y fue asesinado por Victoriano Huerta. En 1913, tras el asesinato de Madero, Abelardo Rodríguez se unió al Plan de Agua Prieta e ingresó como teniente de caballería al Ejército Constitucionalista, bajo las órdenes del general Álvaro Obregón. 

Por su participación en diversas batallas, obtuvo el rango de teniente coronel. Siete años más tarde fue ascendido a general brigadier. En las filas militares encontró su vocación definitiva. Se alió y se mantuvo leal al grupo de generales sonorenses, que en la década de 1920 a 1934 tuvieron el poder y el control del gobierno de México.

En 1920, el presidente provisional Adolfo de la Huerta ordenó la salida de Esteban Cantú, del gobierno de Baja California, pero este no obedeció. El 21 de junio de 1920, Rodríguez, fue nombrado jefe de la columna expedicionaria encargada de expulsar a Cantú de Baja California. Llegó a Mexicali el 1 de septiembre, y sin oposición por parte de Cantú, desarmó y licenció a las fuerzas del exgobernador, quien había entregado el gobierno a Luis M. Salazar el 20 de agosto de 1920. 

Dos años antes, en 1918, Rodríguez había llegado a la margen derecha del Río Colorado acompañado de Carlos Calles, sobrino de Plutarco Elías Calles. Entonces gobernaba Baja California Esteban Cantú y su independencia generaba malestar al gobierno federal. En el capítulo Expedición a Baja California de su Autobiografía, Abelardo reseña:

Poco más de un año antes de ir a la Baja California con la columna a mi mando, por instrucciones del general Plutarco Elías Calles, había ido al Río Colorado con objeto de que estudiara y conociera aquella región, por si algún día se ofreciera mandar fuerzas militares al distrito Norte de la Baja California, con el objeto de someter al coronel Esteban Cantú.

Como simple pretexto me dediqué a sembrar algodón y así justificar mi estancia en aquella zona. Esta siembra la llevé al cabo al sur de San Luis Río Colorado, Sonora, en un punto que llamé “El Alamar” precisamente porque existen allí muchos álamos. Sembré poco: después de limpiar y arreglar el terreno, sembré 25 o 30 hectáreas. Todavía en aquella época no se había sembrado algodón al margen del Río Colorado en el estado de Sonora.

En el periodo de 20 de agosto de 1920 que Cantú dejó el gobierno y la llegada de Abelardo L. Rodríguez al poder, hubo cinco gobernadores en el distrito: Luis M. Salazar, Manuel Balarezo, Epigmenio Ibarra, Lucas B. Rodríguez y José Inocente Lugo. Este último gobernador hizo entrega del gobierno al general Abelardo L. Rodríguez el 2 de noviembre de 1923 por acuerdo del presidente de la república, Álvaro Obregón.

Rodríguez centró los ejes de su gobierno en el impulso a la educación y en la protección de la clase obrera, creando así un salario mínimo justo y la obligación de las industrias y comercios de emplear mayoritariamente a trabajadores mexicanos.

Escuelas durante el gobierno de Abelardo L. Rodríguez en Mexicali 

Desde su llegada al gobierno de Baja California, una de las preocupaciones del gobernador fue la educación. Al iniciar su periodo, el gobernadorRodríguez encontró un sistema educativo deficiente, formado en Mexicali sólo por una escuela de organización completa; la Cuauhtémoc, una escuela rural en Pueblo Nuevo; la Netzahualcóyotl y una escuela inconclusa, la Leona Vicario. 

También en el valle estaba sin terminar la escuela Xicoténcatl, en el Uno del Shenk. Rodríguez ordenó concluir su construcción y fue inaugurada el 23 de diciembre de 1923. Dotó a esta escuela de un tanque de decantación, bomba de agua, camión para transportar a los niños de ranchos lejanos, teléfono y radio. Construyó también escuelas elementales en diferentes poblados del valle.

Con el apoyo del director general de Educación, profesor Matías Gómez, lo primero que se hizo en Mexicali fue concluir la escuela Leona Vicario, inaugurada el 8 de abril de 1924, como escuela para niñas, condición que mantuvo hasta 1936. La Leona estaba ubicada en la sección segunda de Mexicali, hasta donde entonces se extendía la ciudad.

Después de la inauguración de palacio de gobierno y de la orden de Rodríguez de que todos los burócratas debían vivir en Mexicali, aumentó la población y el número de niños en la sección segunda y fue necesario construir una escuela; la Benito Juárez. El 5 de octubre de 1926, el constructor envió al gobernador Abelardo Rodríguez un oficio notificando: “Por el presente me permito comunicar a esa superioridad que con esta fecha quedó terminada la construcción de la escuela Benito Juárez”.

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