Por Jesusa Cervantes
A Susana Guadalupe García de Moreno, como le gusta presentarse, el Centro Histórico es su pasión, en la Catedral se casaron sus abuelos quienes forman parte de la fundación de Mexicali; en La Nacional le compraban sus zapatos; en Dorian´s se vestía; y el punto de reunión familiar era el centro con su nevería Blanca Nieves.
La esposa del Secretario de Hacienda del Estado, Marco Moreno Mexía, en su derecho de réplica al reportaje “Centro Histórico, el botín”, del pasado 1 de mayo de Infosavia, quiso hacer algunas precisiones:
Primero, que el Cine Curto donde invirtió “todo el patrimonio familiar” no surgió porque su esposo forme parte del gabinete de la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, o porque ésta haya impulsado el rescate del Centro Histórico.
“Es mi proyecto”, aclara, “no porque Marco este ahí y estén restaurando el Centro Histórico quise comprar”.
Dos, los propietarios de la tienda Etcétera, hermano de Carlos Torres Torres, el señor Jorge Alfredo Torres Torres y la señora Rocío Villanueva Romero – negocio ubicado en la entrada del Cine Curto-, no los invitó ella porque sean familiares políticos de la Gobernadora, sino que fue la propia Villanueva quien pidió participar “porque le gustó el proyecto”.
Y tercero, la carta poder se realizó porque el dueño del cine vive en España y la Embajada de México en aquel país opera como notaria. Ante la imposibilidad de encontrarse físicamente con el propietario original, José Manuel Curto Venci, se elaboró la carta poder.
Durante la plática con la dueña del cine, narró la odisea que vivió para lograr la compra.
Asegura que desde el año 2016, cuando caminaba por el centro y vio el cine por dentro, se enamoró de la construcción y se planteó hacer un mercado gastronómico, pero no fue hasta el año 2019 que se concretó. Luego, con la llegada de la pandemia por Covid-19 se tuvieron que suspender algunos avances para finalmente retomarse.
Por principio, dice, “sacamos 15 toneladas de basura y en esto nada tuvo que ver Carlos Torres Torres y, en segundo, el centro estaba muerto, aunque en la Catedral nos habían dicho que el aforo de los domingos es de 5 mil personas. Así que con sobrinos, hijos y hermanos, empezamos la limpieza y el proyecto”.
“Quiero transmitirles a mis hijos que la historia de su Ciudad es parte de su vida. Les digo que por más que conquisten el mundo, de aquí vinieron. Así que ‘devuélvanle a Mexicali lo que les dio’. Mi esposo es un profesionista muy respetado, honorable, de mucho trabajo…estoy feliz de estar aquí…porque estoy segura que una ciudad sin historia es como una familia sin fotos y recuerdos”, concluyó.