Por Jesusa Cervantes/Infosavia
Alondra tiene 12 años y su hermanita Andrea seis; cuando uno las ve es inevitable sentirse cautivada por la amplia sonrisa y pestañas rizadas que tienen por igual. Espigaditas como vara de trigo y de un tierno color ocre en su piel, las dos son rápidas para responder y rítmicas para bailar; una es hábil para dibujar y la más pequeña ágil como conejo para jugar.
Hace seis años vivían en el Valle de las Palmas con su abuelita Rita y su mamá Ángela, pero ésta murió y el destino las llevó al caluroso valle de Mexicali donde se ubica la Casa Hogar Yahbé Jirehdel ejido Tula.
Alondra y Andrea son parte de los cerca de dos mil menores, entre niños y niñas, que antes pisaron el Sistema Integral para el Desarrollo Integral de la Familia, mejor conocido como DIF, y el cual al no contar con suficiente espacio las y los traslada a algunas de las 92 casas hogar que existen en el estado; todas manejadas por asociaciones civiles sin fines de lucro. Otro número menor ser queda en instalaciones de DIF.
Así que lo que no puede hacer el gobierno del estado por los y las pequeñas que se encuentran en estado de vulnerabilidad, en situación de calle, sin padres o familiares que se puedan hacer cargo de ellos y ellas, las organizaciones las acogen.
La casa hogar Yahbé es de las que más niños y niñas alberga y la asociación que más procesos de adopción concluye.
Y aunque el DIF les envía constantemente a menores de edad no las mantiene; las agrupaciones en general deben sostenerse con sus propios recursos que en su mayoría son donaciones.
El gobierno generalmente los dota con un proyecto anual que pueden someter a concurso, en caso de ser avalado por el estado, el DIF les da un apoyo que va de los 60 mil a 200 mil pesos. Por ejemplo, a casa Hogar Yahbé le ayudó para construir una cocina tipo industrial y poder brindar los alimentos a sus pequeños.
El resto de las necesidades las cubren con donaciones.
Sin luz, poca agua y el caos
Como es sabido por todos, Mexicali llega a registrar temperaturas de hasta 52° centígrados durante algunos periodos de julio y agosto. Y aunque las tardes de verano suelen ser frescas en el Valle de Mexicali, en algunas ocasiones resultanagobiantes por la elevada temperatura y la humedad de sembradíos.
Desde hace dos años, según relata Sarahí Lomelí, secretaria de Yahbé, han enfrentado los efectos de la crisis hídrica. El agua, lentamente estáescaseando y el abastecimiento de luz hace crisis.
En el Valle de Mexicali, el agua de los ejidos es lidereada por los Módulos de Riego, el ejido Tula corresponde al módulo 15. El líquido llega a través de un canal, de ahí a una pila y posteriormente se distribuye a la comunidad utilizando para ello algunos motores.
Casa Hogar Yahbé esta ubicada en un gran predio, son tres lotes de diversas medidas. Uno es de 25 x 25, otro de 50 x 50 y el tercero es de un tamaño similar a éste último. A la casa se le cobran150 pesos mensuales por toma de agua, es decir, pagan 450 pesos al mes.
El problema que enfrentan muchos de los hogares del ejido Tula y con ellos la casa Hogar Yahbé, es que en verano se va la luz de 2 a 5 de la tarde, justo en una de las horas en que arrecia el calor.
El nivel del agua del canal es cada vez más bajo, y para colmo, los motores de la comunidad que llevan el agua hasta los hogares, son viejos. El motor funciona con electricidad y si no hay luz, no hay agua.
Yabhé alberga a 34 menores de edad, entre niños y niñas, además de siete adultos que son quienes integran la organización y son propietarios de los tres lotes.
Diariamente se emplean 8 cargas de lavadoras, lo 34 menores utilizan las seis regaderas con que cuentan y los seis sanitarios están en constantetránsito, así que cuando la luz se va en pleno verano todo se vuelve un caos.
“Cocinar para 34 niños y siete adultos, sin agua, nos genera un estrés, usamos el agua potable para lavar platos, lavar verduras, la higiene personal, lavarse las manos antes de cada alimento y después de ir al sanitario. ¡es un estrés!!”, comenta en entrevista Sarahí Lomelí, secretaria de la casa hogar.
Yahbé tiene dos piletas “que el dueño de una datilera, el señor José Castro, nos hizo, aunque almacenemos, es insuficiente para atender a todos”, dice con conocimiento de causa pues es la encargada de lavar los kilos y kilos de ropa, diariamente.
Los rotarios, el mes del agua
En 905 nació en la ciudad de Chicago el Club de Rotarios. Sus integrantes, de todas las edades, empresarios, universitarios, maestros, de todas las profesiones y oficios, se reúnen para prestar servicios a sus comunidades.
Mexicali, como el resto del mundo, tiene también su club. Con cinco secciones, una de ellas, el Club Rotario Mexicali Oriente que encabeza Arnulfo Escobe Talamantes, concretó la idea de poder llevar agua a la casa hogar Yahbé.
Y aunque los trabajos los inició su antecesor, Eduardo Molina Farías, finalmente el 3 de marzo pasado lo hicieron realidad. Luego de tocar varias puertas y obtener el respaldo del Rotary Club of San Pedro, ubicado en california, muy cerca de Long Beach, y el Rotary International, inauguraron una cisterna, adicionándole un motor que funciona a base de gasolina.
Así cuando la luz falte, Yahbé podrá echar a andar la cisterna con gasolina.
La cisterna tuvo un costo de 8 mil dólares, de los cuales 6 mil los entregó Rotary Club of San Pedro de California, USA.,, mil más el Distrito 4100 de Rotary International y los últimos mil los donó el Club Rotario Mexicali Oriente.
De San Pedro estuvo su presidenta, Caroline Brady y de International Service, Charles Hanchetty Larry Fukuhuara.
La cisterna fue diseñada por el ingeniero Salvador Macías, integrante del club Mexicali Oriente; la capacidad de almacenaje de agua es de 21 mil litros, los cuales podrán abastecer de agua de uno a tres meses a la casa hogar.
Sus dimensiones son de 4.05×4.05×2.00 metros, construido con piso de concreto armado, paredes de block de concreto 6″x8″x16″, reforzadas con varilla corrugada en todas sus celdas y coladas. Losa superior de concreto armado y reforzado con una trabe del mismo material para refuerzo.
Se emplastó interior y exteriormente para protección contra el salitre y evitar filtraciones. Cuenta una tapa pasa-hombre para limpieza y mantenimiento de la cisterna, de 60×60 cm. de acero inoxidable y portacandado para seguridad.
Se complementó el servicio con un tanque hidroneumático de 81 galones, accionado por una bomba eléctrica de 1.5 HP (Caballos de fuerza), así como las instalaciones hidráulicas y eléctricas necesarias.
“Ahora, si se me va la luz pues tengo la planta de gasolina para conectar el motor. Ya no nos faltará agua. La podemos ir almacenando y usarla cuando baje el nivel del canal de riego, que cada vez es más seguido”, dice contenta Sarahí, quien a la vez lamenta las afectaciones de los canales de riego y su bajo nivel.
“Dios proveerá”
Casa Hogar Yahbé Jireh, que significa “Dios proveerá”, nació hace 11 años. Sus directores son sus fundadores: José y Martha Lomelí, padres de Sarahí, quien es la secretaria, la que hace, junto con dos hermanos y dos cuñadas, que funcione.
Los dos hermanos más grandes de Sarahí, son adoptados. Sus padres llevan el altruismo en el alma, son cristianos pentecostales.
Hace once años, sus papás, que son de Mexicali, tenían un grupo de amigos del ejido Tula así que constantemente visitaban la comunidad. Como la mayoría de quienes practican el cristianismo, los padres de Sarahí querían hacer algo por la comunidad y poner su propia iglesia para dar servicio.
Por esos años, en 2012, otro grupo de cristianos de Estados Unidos, gustaban de acudir al ejido, así que asesorado por sus compañeros, los padres de Sarahí los contactaron para que les ayudaran a construir una Iglesia.
“Por tres años, esa congregación decidió no ayudar a la construcción de mas iglesias y se centró en el ejido para ayudar a la familia Lomelí a construir una casa hogar.
“Se adquirieron los tres lotes, se hizo la iglesia, luego la casa y esta siempre estaba llena de niños, pero a algunos sus padres se los llevaban a pesar de no estar en posibilidad de darles sustento o porque tenían alguna adicción, pero además, como no teníamos nada legal, era difícil quedarnos con los niños”, dice Sarahí.
“Empezamos a tener problemas, algunas mamás nos reclamaban, fue entonces cuando de la casa hogar Betesda nos platicó que él se apoyaba en el DIF para todos los problemas legales y sicológicos, así que empezamos a hacer eso.
“Nos constituimos legalmente el 13 de abril de 2013 como una asociación civil sin fines de lucro, Casa Hogar Yahbé Jireh, que significa, “Dios proveerá”.
Yahbé arrancó con 11 niños; contaban con tres cuartos, una cocina y dos baños, hoy cuentan con un dormitorio para 30 niños, área de juegos, seis regaderas, seis sanitarios, un cuarto de lavar, un almacén para la ropa y un cuarto para acomodar la ropa de uso, además de un cuarto más donde se guardan todos los productos para la limpieza.
Además, tienen otro cuarto dormitorio con su baño para jóvenes que ya tienen 18 años y siguen viviendo ahí. Estos construyeron una barbería y salón de belleza donde atienden a sus clientes. El dinero que recaudan es para ellos, relata Sarahí.
La barbería y el salón se encuentran justo a un lado de donde se construyó la cisterna.
Explica que entre los 34 niños y niñas que tienen a su cuidado, sus edades fluctúan entre el primer y los 17 años. También cuentan con una joven que cuando arribó a la mayoría de edad, hoy tiene 21, decidió quedarse como voluntaria de la casa hogar.
Explica que cuando el DIF les pide que reciban a un menor de edad, ellos revisan primero el expediente para ver si están en capacidad de atenderlo, “porque ya nos tocó que recibimos a un pequeño de espectro autista y requería de cuidados especiales que no teníamos, otro con una deformación que le dificultaba el tragar alimento.
“pero también tenemos niñas que han sido reclamadas por sus tías o abuelos y las pequeñas no se han querido ir. A ellas las seguimos teniendo aquí”.
Casa hogar Yahbé cuenta con apoyo gubernamental solo para proyectos, como la construcción de la cocina tipo industrial, pero también reciben dinero de iglesias, fundaciones, como la de un complejo industrial que cada mes les deposita 5 mil pesos en un mercado de autoservicio, para que adquieran víveres.
Además, cuentan con cinco familias donantes que son de planta. Del DIF reciben cada cierto periodo comida, “pero la verdad no la usamos y la tenemos que donar también porque es alimento que los niños no comen. Lo mejor sería que el DIF también nos depositara en los mercados y ahí abastecernos nosotros, como lo hace la fundación”.
La casa hogar es de las que más alto índice de adopción registra en Mexicali. Todos los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad y han dejado el centro, han estudiado en el Cecati, trabajan en embotelladora, son traileros, estudian, trabajan, como los de la barbería. “Todos son hombres y mujeres rectos, trabajadores y estudian.
Y aunque casa hogar Yahbé recibe apoyos, nunca es suficiente, por ejemplo, material de higiene como pasta, cepillos de dientes, toallas sanitarias, huevo y leche, siempre hacen falta. Si usted desea apoyarlos puede ingresar a su página de internet o llamar a los teléfonos 686 1925479.
Su apoyo servirá para que niñas como Andrea, que quiere ser bailarina de ballet de grande, o como Alondra, sigan disfrutando de “mamá Martha, quien nos trata como sus hijos, nos da comida buena, ropa y nos cuidan con mucho amor, hasta pulparindo con chilito nos dejan comer. ¡a mi me encanta! dice vivaracha Alondra, la de la bella sonrisa y enchinadas pestañitas.