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La osadía de Montserrat la llevó a “pagar factura”

 

Foto: Ayuntamiento de Tijuana

Por Especial

En menos de un mes Tijuana convulsionó y saltó de nuevo al plano nacional: Emboscaron la guardia de la presidenta municipal, Montserrat Caballero, un extraño robo ocurrió en el edificio más vigilado y donde vivía ésta, aparecieron siete ejecutados en una camioneta y, para rematar, la edil decidió refugiarse en el Cuartel militar.

En México, es la única jefa de un Ayuntamiento que duerme junto a los militares y es protegida con esta.

En tanto, los dos millones de tijuanenses que un día sí y otro también enfrentan asesinatos, descuartizados, encobijados y balaceras o ejecuciones a empresarios, deben arreglárselas solos.

Un año antes de que se viviera esta nueva ola de violencia en la ciudad fronteriza, la Entidad vivió actos de terror que se materializaron en la quema de una veintena de vehículos.

El 12 de agosto de 2022, cerca de diez autos y camiones fueron incendiados de manera intencional por el crimen organizado, lo mismo ocurrió en la entrada a la comunidad de El Sauzal, en Ensenada, y en Tijuana otra decena más empezó a arder al filo de las siete de la noche.

Los incendios ocurrieron en perfecta sincronía, solo Mexicali logró la detención de quienes cometieron el delito; se trató de jóvenes contratados por el cártel Jalisco Nueva Generación, a quienes hospedaron en un hotel de la ciudad en la avenida Justo Sierra, según revelaron policías municipales que participaron en los operativos.

Ese día, envalentonada, la presidenta municipal de Tijuana, emitió un mensaje que dio la vuelta al país por la petición dada a quienes perpetraron la quema de vehículos:

“…les pedimos que cobren las facturas a quienes no les pagaron lo que les deben, no a las familias, no a los ciudadanos que trabajan…”.

A los días apareció el cuerpo de una mujer muerta, torturada y con mensaje que decía, “como dijo la alcaldesa cobren las facturas a quien las deba…”

Aquel 12 de agosto, Montserrat Caballero cerró engallada:

“Ningún delincuente nos va a venir a coartar nuestra libertad y nuestra tranquilidad”.

Diez meses después, la presidenta municipal vivió la inseguridad que los ciudadanos enfrentan a diario, su libertad y su tranquilidad fueron coartadas.

Los caminos asechan a Monteserrat

La mañana del 17 de mayo del 2023, la “avanzada” de la alcaldesa fue emboscada. Cuatro  jóvenes se le acercaron a Francisco Javier Gallardo, quien conducía la camioneta que usualmente revisaba el lugar por el que pasaría Monserrat.

Dos de ellos intentaron dispararle, las armas se encasquillaron, un tercero alcanzó a disparar, la bala rosó la cara de Gallardo, alcanzó a verlo y al descubrir que era un hombre, huyeron.

Más tarde, las autoridades localizaron el vehículo donde viajaban los jóvenes, además de tres armas largas y cartuchos sin usar. También lograron ubicar a uno de los participantes en la emboscada, quien aceptó que “iban por la señora”.

El semanario Zeta, con información de la mesa de seguridad del estado, reveló que “la señora” era Rosalva González Molina, alias “La Puma”, y quien cotidianamente se encargaba de revisar el camino que más tarde andaría la camioneta con la alcaldesa. Era la verdadera avanzada pero dos días atrás había iniciado sus vacaciones.

Más tarde, desde su automóvil, la presidenta grabó un en vivo donde aceptó el atentado y que por azares del destino ese día no realizó el recorrido, pero también y de nueva cuenta se erigió en la dama de hierro y aseguró:

“Esto no nos detiene porque no nos tiembla la mano para atacar al crimen organizado, como lo hemos hecho, en lo que no nos corresponde(…)”.

Foto: Tomada de la página de la Alcaldesa Montserrat Caballero.

Luego recriminó que tres horas después del atentado, el Fiscal Iván Carpio, la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y el Secretario de Gobierno, Catalino Zavala, no se habían comunicado con ella, para luego sostener que la estrategia de seguridad implementada por los funcionarios estatales “ha sido fallida, porque se detuvo un carro que contenía cuatro armas que iban destinadas a toda mi comitiva”

Aseguró también que ella no debía nada: “cuando no debes nada, nada temes, y yo no debo nada, sin embargo, hago responsable de lo que me suceda a mi, mi familia, mis elementos, al Fiscal Iván Carpio”.

Pero Montserrat no paró ahí y dijo que lo que sucedido era por dos cualquier de las dos razones: ineficiencia o contubernio.

El mismo día del ataque a su comitiva, pero ya de madrugada, dos patrullas municipales fueron incendiadas, –la BC-505A-1 y BC-843A-1–, y junto a ellas se dejó una narcomanta donde se aludía a “La Puma” y la probable razón por la que se le quiso aniquilar:

“SRA MONSERAT CABALLERO PREGUNTELE A ROSALVA GONZLAES LA PUMA Y FERNANDO ZANCHEZ DONDE QUEDARON LOS DESAPARECIDOS LEVANTADOS POR LAS UNIDADES DEL UTE BAJO EL MANDO DEL 03 ASCORBE”

Y una segunda manta con el remitente, el cártel Jalisco Nueva Generación:

“ROSALVA GONZÁLEZ MONA Y FERNANDO SANCHEZ ESTE ATAQUE SEGUIRÁ DIRECTO A USTEDES MIENTRAS No APARESCAN LOS DESAPARECIDOS POR SUS UNIDADES DE LA POLICÍA MUNICIPAL ATTE: CJNG”.

Vistos los elementos de manera aislada parecen no entenderse y solo quienes han perpetrado los delitos saben de qué se trata.

Sin embargo, mientras Montserrat Caballero disfrutaba en San Franscisco de su boda, la noche del 28 de mayo un extraño robo ocurrió en el edificio donde ella vivía, e incluso su departamento fue el afectado.

Según la propia Alcaldesa se trató de “una extorsión”, aunque nunca especificó a quién, ni las razones de ello, pero se entiende que si el departamento involucrado fue donde ella habitaba el delito fue dirigido a ella.

Se dio a conocer en medios de información una inverosímil historia, que el guardia del edificio recibió una llamada, se le pidió que ingresara a la vivienda de la presidenta, tomara un dinero y lo entregara a quienes se lo estaban solicitando y se encontraba afuera del edificio. Al intentar ingresar al departamento la puerta estaba cerrada por lo que utilizó una piedra o un extinguidor para romper el vidrio de al lado de la puerta e ingresó por ahí.

El 30 de mayo, cinco días después del robo, la alcaldesa habló del tema y dijo que se trató de una extorsión. Algunos medios de comunicación sostuvieron la hipótesis de que el monto robado fue de 150 mil pesos y joyas, otros hablaron de entre 150 mil dólares y 5 millones de dólares.

Foto: Ayuntamiento de Tijuana

Lo cierto es que ni la autoridad judicial ni la alcaldesa han sido claros. Y no solo ello, nadie ha puesto una denuncia por presunto robo.

Una semana más tarde, la mañana del 12 de junio, los policías municipales detuvieron una camioneta tipo pick up, la cual al intentar evadir un retén fue perseguida y detenida. En la batea había seis cuerpos sin vida, cubiertos con llantas, y en el asiento de atrás uno más encobijado. Todos contaban con huellas de haber sido torturados.

Y solo la alcaldesa Montserrat Caballero sabe de quienes se trató, además de quienes los ejecutaron, pues sin perder tiempo habló con la Guardia Nacional destacada en Tijuana. Al día siguiente anunció que se iba a vivir al cuartel del 28 Batallón de Infantería.

¿Los motivos? Por amenazas recibidas, mismas que no pudo detallar, dijo que están en internet y hay otras que no puede revelar.

“…las amenazas no son a mi persona sino a los resultados de la policía municipal”, dijo, y luego comentó que durante su gestión, la cual lleva 18 meses, se han decomisado mil 700 armas y se ha detenido a 56 generadores de violencia.

“Están molestos con los resultados que su servidora por medio de nuestra policía hemos obtenido, he recibido amenazas, por eso he decidido irme a vivir al cuartel”

 Justificó: “la Guardia Nacional me sugiere vivir en el cuartel por mi seguridad. No es la seguridad de una ciudadana sino de quien procura la seguridad de todos los ciudadanos”.

Atrás quedó la valentía, la dama de hierro, la que llamaba a los grupos criminales a cobrar las facturas a quienes las deben o la alcaldesa que sostenía que la libertad no se la coartarían.

La Puma, el dinero y los muertos

Como si se tratara de una película de detectives, crimen, u odio y narcotráfico, han empezado a surgir varias hipótesis de la tragedia de inseguridad que esta viviendo Tijuana y donde la principal protagonista ha sido la primera edil, Monserrat Caballero.

La primera es que las siete personas ejecutadas encontradas en la batea de un pick up, conformaban, presuntamente, una banda que se dedicaba a asaltar y lo estaba haciendo en una zona donde prevalece un grupo criminal, el cual al enterarse determinó acabar con ellos “para que no calentaran la plaza”.

La segunda, y que es la que concatena los acontecimientos aquí narrados, es que se trata de la disputa por la plaza entre los cárteles de Los Arellano, el de Sinaloa y el CJNG.

En diversas páginas de internet circula un mensaje donde se establece que los “levantados” por “La Puma”, son los cuerpos encontrados en el pick up, “cerca de la casa de la Puma donde los tenía resguardados”.

En el mismo mensaje se asegura que se pedía su liberación mediante narcomantas y más aún, “al no liberarlos y quedarse con la droga y una fuerte cantidad de dinero, fueron los detonantes para iniciar una guerra puesto que la emboscada a la comitiva de seguridad de la alcaldesa no fue coincidencia sino un plan elaborado para liquidar a la Puma…”

En el mensaje se habla de la inexperiencia de los sicarios contratados para ejecutar a “La Puma”, para luego relacionar todo el extraño asalto en el edificio donde vivía la presidenta municipal.

“…solo les quedaba recuperar el dinero que se encontraba en el edificio Cosmopolitan donde ve la Montserrat, el plan fue todo un éxito”.

Rosalva González Molina “La Puma” fue Jefa del grupo Táctico en la policía de Tijuana en el año 2008. Ese año, junto con otros policías, fue detenida y acusada de tener, presuntamente, nexos con Eduardo García Simental, alías “El Teo”, y que para entonces trabajaba con el cártel de Sinaloa.

“La Puma” fue liberada de toda acusación y obtuvo su libertad, luego llegó a encabezar la comitiva de avanzada de la presidenta municipal.

El 14 de junio pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó las amenazas a la presidenta, respaldó su decisión de vivir en el cuartel militar, pero además, reveló que el ex gobernador Jaime Bonilla y la actual mandataria estatal, Marina del Pilar Ávila Olmeda, también han recibido amenazas del crimen organizado.

Durante su bienio, Jaime Bonilla tuvo como “coordinador de Ayudantía y Logística” a otro personaje, que al igual que “La Puma”, fue vinculado al crimen organizado, se trata de Amado Cruz Anguiano.

Foto: Facebook
Este personaje fue detenido en 1998 por la entonces Procuraduría General de la República y acusado de presuntamente lavar dinero del cártel de los Arellano Félix. Se le sentenció a tres años y 11 meses de prisión, pagó con el restaurante D’carlo su salida. Pero dos años antes, en 1996 el  subdelegado de la PGR en Tijuana, Ernesto Ibarra Santés, lo señaló de ser el operador financiero de los Arellano, ese mismo año el funcionario fue asesinado en la Ciudad de México.

Por lo que se refiere a la actual gobernador, Marina del Pilar Ávila Olmedo, se le fotografió en 2019, durante la campaña para la presidencia municipal de Mexicali, con un presunto miembro del crimen organizado, Emanuel Everardo Serrano Salazar, alias “El Botas” y quien pertenecería al grupo de “Los Chapitos”.

El 23 de mayo se le preguntó a la Gobernadora sobre la fotografía a lo que respondió que sí era ella, que la imagen no era falsa, y justificó que se tomó la foto durante una campaña electoral, y que uno no va pidiendo el curriculum de la gente con la que se fotografía.

Aunque nadie puede asegurar que el ex gobernador, la gobernadora o la presidenta municipal, tengan vínculos con el crimen organizado, lo cierto es que tanto Bonilla como Caballero tuvieron como parte de sus escoltas a gente que sí fue acusada de ello.

Y lo que hoy esta viviendo el Estado, y en especial Tijuana, son las rencillas entre diversos grupos criminales, tal es la inseguridad a la que han llevado a la ciudad, que hasta la presidenta municipal se ha refugiado en el cuartel militar.