Por Tomás Di Bella
¿Qué es un partido?, ¿Qué es comunidad?.
Antes y ahora, es simplemente una empresa. Está partido por intereses empresariales. Da concesiones a partir del reparto del poder y de las ganancias que éstas arrebatan. Es el camaleón por excelencia, en su lentitud, en su camuflaje.
La comunidad está enraizada en la verdad y certeza de ser. Cada peso constante y sonante, tiene que ver con la valentía de, alquímicamente estirarlo para que alcance al bien estar. Se ganó con ganas. Esto da una complejidad de respuesta social, que quizás los partidos ni en cuenta.
Los partidos en México, son un circo con trapecistas, payasas, domadores de plástico, algoritmos falsos, y certezas estadísticas. Mi abuela, doña Josefina, me la imagino hoy viendo este armatroste social. Quizás diría: Mijo, es lo mismo cuando la revolución.
La comunidad es cohesión. Por ello la calle, y a pie. Buenos días doña Tencha. Ella ofrece en la calle, infinidad de prendas de vestir, vestidos de lentejuelas y camisetas de escaiteros. De hecho, es la esencia, junto con la tiendita aquí cerquitas, de la gente peatonal electorera. Y aunque no venda prenda, su performance callejero ya lo quisiesen ciertos arteístas, o ciertos partidos.
Los partidos se han convertido en un chisme de borrachos de cantina. Mira, compadre, mejor ya cállate. Es que tú, y aquí está de testigo el testigo, me prometiste.com. Ok.
El barrio, que es la comunidad, da vida. No se oculta lo que es ser comunitarios y respetarse. Somos muy democráticos en el barrio. Y todos dimos regalos a los que se llevan nuestra basura.
El partido, dijo Lenin, debe estar en el pueblo.