Por Yolanda Sánchez Ogás/Infosavia
Conocí a Jimmy Griffin cuando ingresó a la Sociedad de Historia. Me sorprendí por la llegada de un estadunidense a un grupo de historia local, pero luego me di cuenta de que conocía bastante la historia del valle.
Y a las pocas semanas acepté que era el primero y único gringo que me caía muy bien. A partir de allí se inició una relación afectuosa y de respeto. Pero ¿Quién era Jimmy y que hacía en Mexicali? Poco a poco fui conociendo su interesante historia y sus andanzas por el mundo, hasta quedar atrapado en esta tierra.
Desde Arkansas, donde nació, Jimmy emprendió sus andares por el mundo siendo muy joven. Por sus conocimientos y su trabajo, recorrió lejanos países como Australia, Argentina, Paraguayy varias ciudades de México. En todos esos lugaresvivió cortas temporadas, pues ninguno le atrajo tanto como para quedarse a vivir, y siempre regresaba a su país natal, a Estados Unidos. Por cuestiones de trabajo, un día llegó a Mexicali y se quedó. Era el año de 1953, un año importante, porque Baja California ese año, alcanzó el estatus político de estado y había muchos proyectos de desarrollo y una economía en crecimiento.
¿Qué fue lo que hizo que Jimmy se quedara en Mexicali? Primero, quizá se enamoró del desierto, del valle y del Río Colorado, como él decía. Quizá vio un gran futuro en los algodonales, cuyas blancas motas cubrían y embellecían el valle de Mexicalientonces. Y justo eso era lo que más le interesaba a Jimmy, como funcionario de la Compañía Anderson Clayton.
Fue un hombre íntimamente relacionado con el algodón por tradición familiar, pues su padre y su abuelo trabajaron en despepitadoras de algodón, en la tierra que eligieron para vivir, Las Cruces, Nuevo México.
Él venía a trabajar en la planta algodonera más grande de Mexicali, conocida popularmente como La Jabonera, a la cual llegó en la época de mayor esplendor del oro blanco en nuestro valle.
Apenas un año después hubo otro gran motivo para arraigarse en Mexicali. Casualmente Jimmy fue a una agencia aduanal de Caléxico y allí conoció y se enamoró de una joven; YolandaRioseco.
Jimmy escribió en uno de sus textos publicados en la revista El Río, que el padre de Yolanda era muy serio y casi no le hablaba, pero un día se animó y relata: “al pedir la mano de Yolanda a su padre Federico, yo estaba un poco nervioso porque no sabía lo que pensaba él, de que su hija mayor quisiera casarse con un gringo…”
Fue aceptado y en julio de 1954 se casaron en Yuma, como aconsejó su suegro. Jimmy y Yolanda, formaron una familia, y durante más de sesenta años permanecieron unidos.
Por otra parte, su amor al valle fue incuestionable, lo podemos ver en sus artículos, se entregó totalmente a la investigación y más que muchos de nosotros los nativos, se dedicó a investigar y difundir las muchas historias del valle de Mexicali, del algodón, el desierto y del Río Colorado.
No, no era un historiador, pero sí un asiduo lector de libros, documentos y mapas, que hablaban del valle de Mexicali y del Valle Imperial, tan unidos en el pasado por una historia común. Sus lecturas le permitieron forjar historias muy interesantes, que en pláticas o en sus textos, nos hicieron conocer más a nuestra región.
No sólo escribía sobre historia, también en diversos artículos relataba pasajes de su vida que eran toda una lección, con interesantes temas, como las acuciosas descripciones que hacía de las partes del algodón y de los procesos que se seguían en las despepitadoras para industrializar el precioso oro blanco, descripciones que son una verdadera lecciónpara las jóvenes generaciones, que ya no conocieron las despepitadoras del centro de nuestra ciudad y sus procesos.
Hemos conocido a muchos jóvenesprofesionistas, que nacieron en nuestra ciudad, incluidos muchos profesores, que no conocen un plantío de algodón y mucho menos la importancia que tuvo en el desarrollo de nuestra ciudad. Los escritos de Jimmy son una magnífica oportunidad para conocer esa etapa tan importante en Mexicali.
Jimmy no sólo escribió sobre Historia, también al contar algunas de sus memorias logró magníficosrelatos sobre otros temas. Algunos fueron sobre la vaquita marina, la totoaba, el mar, la sorprendente y estremecedora ola alta conocida como el Burro.
Múltiples e interesantes fueron los temas que Jimmy abordó en pláticas a la Sociedad de Historia y para los lectores de la revista EL RÍO.
En algunos artículos llegamos a atisbar la laborde Jimmy como funcionario de La Jabonera.
En la década de los años cincuenta era común ver largas filas de camiones cargados de algodón,por el actual boulevard López Mateos. Los agricultores esperaban durante horas para tener un espacio dentro de La Jabonera, y entregar su producto.
Llegó el momento en que los funcionarios de la empresa, entre los que se encontraba Jimmy, se percataron de que la Jabonera en Mexicali era ya insuficiente para recibir a todos esos agricultores y que, además, la empresa se había convertido en un gran foco de contaminación.
A mediados de la década de los años cincuenta, la Jabonera decidió extender sus despepitadoras alcampo, para facilitar a los agricultores, la entrega del algodón. Así fue como el 43, Cuervos, ejido Janitzio, colonia Silva y algunos otros lugares tuvieron plantas algodoneras.
Esa extensión de despepitadoras le permitió conocer el valle y su gente, como funcionario de La Jabonera en esa época dorada del algodón, del progreso de la empresa y del valle.
Por sus acuciosas investigaciones, sus entregas de artículos puntuales para la revista EL RÍO y su cumplimiento en todo lo relacionado con nuestra Sociedad, recibió el nombramiento de socio honorario de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali.
Además de sus interesantes historias, lo que Jimmy nos dejó es el recuerdo de un compañero siempre dispuesto a apoyar, un hombre bueno, serio, responsable, siempre amable y atento con quienes tuvimos la suerte de coincidir con él, por alrededor de diez años, en esta sociedad.
Jimmy, donde quiera que esté, debe saber que en la Sociedad de Historia se le recuerda con mucho afecto, respeto y admiración.
Mexicali Forever.